19/10/07

Grité hacia afuera porque hacia adentro no podía. No. Ya no. Grité hacia afuera porque lo necesitaba. Gritar. "Levantar la voz más de lo acostumbrado", según el diccionario. Quejarme. Explotar. De una vez. Explotar de una vez por todas.

Si algo no te gusta. Si sientes que te están jodiendo, pues bien. Puedes dejarte. Puedes aguantarlo todo estoicamente o puedes actuar. A veces. A veces ya no queda lugar para la primera opción y actúas. Simplemente. Gritas. Hacia afuera. Y dicho grito revienta el hígado donde resides, y la hipodermis, la dermis y la epidermis se abren como una flor en primavera, salpicando a todo el mundo, y tu anfitrión que profundizaba sobre la "gran mierda que es la teoría del Caos de Ivan Ivanov Bonev", se calla de repente emitiendo un gemido cuasi imperceptible, que se corta como si se lo tragara y abre los ojos como platos. Como un par de jodidos platos. Y cae al suelo. Y todo el mundo chilla, y corre de un lugar a otro, y dice "Juan, llama a una ambulancia, por el amor de Dios", y yo me quedo tranquilo. Porque por primera vez en mi jodida existencia, soy el centro de atención. Porque, ahora al menos, todo el mundo sabe qué opino yo sobre el Progreso tecnoeconómico. Joder. Nadie va a soltar mierda sobre una teoría matemática sobria y acertada sin que yo diga la última palabra. A tomar por culo.

Jódete, tenia. Siempre serás una segundona.

1 comentario:

Bráctea dijo...

Después de leer Tripas de Palahniuk antes y después del almuerzo, esto también gusta mucho. Hoy he comido mejor que nunca.




http://www.youtube.com/watch?v=NeA-bo8tKhQ