22/9/07

Ese niño, que no ha recibido la educación que cualquiera consideraría adecuada, teniendo en cuenta lo que está a punto de hacer, más propio de Albert Camus que de una persona normal, no puede esperar a que la naturaleza siga su curso, espontáneamente. Se raja las venas y el vientre, entre chillidos y espasmos de dolor, antes de que el cáncer le devore por completo. Esto ayuda a que los vecinos, en vez de tardar cuatro o cinco días en acudir, acudan en dos horas. Pero, como no existe beneficio sin coste, el niño es un cadáver de todos modos cuando el héroe del piso de al lado destroza la puerta con un hacha para salvarlo.

Debe ser desagradable encontrarse al matrimonio tan simpático que eran tus vecinos descuartizados en la cama de matrimonio de madrugada, y a su hijo mutilado en la bañera, todavía vibrando. Retorciéndose.

1 comentario:

Bráctea dijo...

Los muchachillos que sufren acoso escolar luego cogen un fusil y matan, no es raro (:

La sociedad padece de cáncer e hipocondría.